ISSTH. Capítulo 41: Causando Revuelo en el Estado de Zhao!

Cuando los signos aparecieron en el cielo sobre la Secta Confianza, todos los discípulos en la Secta Externa se quedaron boquiabiertos en shock, sus mentes zumbaban. Sus ojos llenos de miradas vacías, incapaces de comprender qué estaban viendo.

Mirando las letras doradas llenando el cielo, sus corazones empezaron a temblar. Gordito, que había estado limando los dientes con una espada de escalas de pez, emitía sonidos ahogados, evitando apuñalarse su propia lengua mientras miraba la escena.

Shangguan Xiu, que estaba sentado en meditación recluido, de repente levantó su cabeza. Cuando vio lo que estaba ocurriendo, su cuerpo empezó a temblar, en sus ojos brillaba la incredulidad. Su cara cambió, como si de repente hubiera pensado algo increíblemente aterrador. Se plantó en un flash y de pronto, apareció un hechizo de teletransportación, lo tenía preparado desde hace años.

Tan pronto como le fue posible, entró en el hechizo y desapareció.

En el salón del templo principal en la Montaña Este, conforme Meng Hao y los otros aparecían, He Luohua tenía un rostro deprimido. Mirando hacia el cielo, su rostro estaba pálido, se tambaleó dando hacia atrás unos pasos.

El Gran Anciano Ouyang salió corriendo del templo principal, mirando hacia el cielo, con una cara triste.

“Tocasteis algo de la zona de meditación del Patriarca?” preguntó, girándose a mirarles. Su expresión era muy solemne, al igual que su tono de voz.

“Cuando estábamos apunto de salir, apareció una estela de piedra,” dijo Chen Fan, sonando dolido. “Estábamos preocupados de que si la traíamos con nosotros pudiéramos traer el desastre a la Secta. Por lo que en vez de eso, hicimos copias de ella.” Sacó su hoja de jade, al igual que Meng Hao y Xu Qing. Se las entregaron al Gran Anciano Ouyang.

“Esto es…” El gran Anciano Ouyang frunció el ceño, y sus ojos brillaron con incredulidad.

“No hay necesidad de estudiarlo, es falso,” dijo He Luohua con un largo suspiro. “La estela de piedra, al igual que el signo en el cielo, ambos son falsos.” Miró hacia el suelo, entonces sacudió su cabeza.

“Otras Sectas desde el Estado de Zhao llegarán pronto. La Secta Confianza no será capaz de evadir este desastre. Están aquí por el Patriarca.” Movió su manga, y un zumbido se pudo escuchar por toda la Secta Confianza. Una luz suave apareció, cubriéndolo todo.

“Vosotros tres sois discípulos de la Secta Interna, ir a esperar en el salón del templo principal.” Justo conforme su voz salía, borrones de luz cruzaban el cielo desde todas las direcciones, cerca de veinte de ellos, acompañados por silbidos y chillidos fuertes.

Los borrones se aproximaron al escudo que rodeaba la Secta Confianza y, conforme lo hacían, el cielo y la tierra se agitaban. Las cuatro cimas de las montañas temblaron como si fueran a colapsar. De pronto las montañas de los alrededores se llenaron de silencio. Todas las bestias salvajes temblaban de miedo, sin atreverse a hacer un solo sonido.

De esas veinte personas en el cielo, había seis que formaban el núcleo del grupo. Cuatro eran hombres y dos eran mujeres, y eran realmente ancianos. Llevaban lujosos vestidos, y el poder que emanaba de sus bases de Cultivo era petrificante.

Cada uno de esas seis personas tenían a dos o tres Cultivadores detrás de ellos, seguidores, cada uno de los cuales tenía una base de Cultivo pareja al Gran Anciano Ouyang. Estas cerca de veinte personas eran las personas más poderosas de todo el Estado de Zhao, y aquí estaban ellas en la Secta Confianza, como si llevaran consigo nubes oscuras.

“Secta Confianza!” una voz explotó de forma que parecía un trueno. Los edificios que componían la Secta Externa parecían estar a punto de colapsar en cualquier momento. Grandes cantidades de discípulos de la Secta Externa tosieron sangre, con el miedo cubriendo sus caras.

“La Secta del Viento Frío es poderosa,” dijo He Luohua con un gruñido. Su voz sonó como un trueno mientras que permanecía allí en la cima de la montaña, suprimiendo la voz que había hablado justo en ese momento. Levantó su mano derecha, y un zumbido sonó como un viento invisible. Salió disparado hacia la persona que había hablado en ese momento, rodeándole, de pronto se volvió negro y se transformó en una masiva boca que parecía ir a tragarse al excéntrico de la Secta del Viento Frío en la etapa de Formación de Núcleo. El rostro del hombre cambió, retirándose rápidamente, sin dudarlo.

“Suficiente, suficiente,” dijo uno de los poderosos expertos de Formación de Núcleo, que menospreciaba a He Luohua. Su voz era suave pero llena con poder supresivo. Llevaba una larga túnica púrpura, tejida con imágenes de flautas. Con un gesto levantó su mano, y el viento negro sin forma se disipó. “Compañero Daoísta He, el signo en los cielos vino desde tu Secta Confianza, por favor, entréganoslo.”

Un silencio mortal llenó la Secta Externa, mientras, los discípulos sintieron la sombra de la muerte cerniéndose sobre ellos. Dentro del salón del templo principal, Meng Hao, Chen Fan y Xu Qing estaban sentados silenciosamente. Sabían que cualquiera de las personas de fuera tenían bases de Cultivo tan terribles que podían aniquilarles con una ondulación de una mano.

El corazón de Meng Hao atronaba conforme les miraba. Era la primera vez que veía gente tan poderosa. Sus pensamientos se llenaron de pronto con un intenso deseo de volverse más poderoso.

He Luohua permaneció en la cima de la Montaña del Este, mirando al grupo de gente. Después de que pasara algún tiempo, suspiró.

“Qué queréis que os entregue? No tengo ni idea de donde viene esa señal.”

“Danoslo sin luchar,” dijo el hombre en la túnica púrpura gravemente. “Disuelve el gran hechizo protector de la Secta Confianza. Permítenos buscar libremente. Esto es lo que queremos decir con que nos lo entregues. Si no lo haces, entonces a pesar del hecho ser compañeros Cultivadores del Estado de Zhao, destruiremos tu gran hechizo y entonces exterminaremos la Secta Confianza.”

“Exterminar la Secta Confianza…” He Luohua de pronto rió, cada vez más alto. Resonando a través de la Secta Confianza. Conforme reía, vio al Gran Anciano Ouyang cerca de él, mirando como si estuviera preparado para luchar a muerte. También vio a los tres discípulos de la Secta Interna sentados gravemente en el salón principal del templo. Entonces, miró a la multitud de discípulos de la Secta Externa, cubiertos en sangre. Sabía que no tenían ninguna esperanza, indefensos.

Cómo podía contraatacar? Cómo podía asegurarse de que los discípulos de la Secta Externa vivieran para ver otro día? Cómo podía evitar este desastre…

“Mientras que yo sea el Líder de la Secta Confianza, no permitiré a extranjeros acosarnos y humillarnos. Pero no hay forma alguna de que pueda proteger a todo el mundo…” su risa iba cargada de lamentos, pero aún había una pequeña pizca de esperanza.

“Incluso si no exterminas la Secta Confianza, me temo que no podrá continuar por mucho tiempo. Por tanto,… por hoy, la Secta Confianza se disuelve. No tengo más necesidad de estas montañas triviales!” Movió su manga y salió volando por el aire. Con una mirada perpleja, el Gran Anciano Ouyang le siguió. Flotaron en el aire, mirando hacia la Secta Confianza, que había sido su hogar por muchos ciclos de sesenta años. Sus expresiones estaban llenas de pena.

“Discípulos, escuchad mi orden. La Secta Confianza por la presente, es disuelta! A partir de ahora, ya no sois más sus discípulos. Este mundo no contiene ya ninguna Secta Confianza!” Aparecieron venas de sangre en sus ojos. Los veinte y pocos expertos del Estado de Zhao empezaron a reír fríamente conforme escuchaban las chocantes palabras de He Luohua.

“Estáis satisfechos?” preguntó. “Cualquier tesoro o signo que haya aquí no tiene nada que ver conmigo, ni con ninguno de los novatos sin secta bajo mí. Si os atrevéis a herir a alguien, haré explotar el gran hechizo protector, y entonces…. Pereceremos juntos.” Su voz era resuelta, y la amargura de sus palabras causó que los corazones de los expertos del Estado De Zhao temblaran un poco.

“Compañero Daoísta He, ya que has tomado esta decisión, por supuesto que no te haremos las cosas difíciles,” dijo una mujer mayor de entre los seis más poderosos expertos. “La Secta Confianza se ha desbandado. Si permaneces a un lado, entonces no causaremos problemas a ninguno de los discípulos. Puedes descansar tranquilo.” Su mirada era como un rayo. Conforme miraba a la Secta Confianza, ella podía decir que ese objeto desde el que venía la señal se había originado estaba localizado allí, pero no lo sostenía ninguna persona.

Meng Hao miró hacia el cielo y, conforme las palabras dichas por He Luohua llegaban a sus oídos, él recordaba la ley de la jungla. A pesar de  lo de poderoso que era el Líder de la Secta,  se había visto forzado a disolverla.

Chen Fan no dijo nada, pero se tambaleó hacia atrás unos cuantos pasos con sus piernas temblando. Xu Qing bajó su cabeza.

“Escuchar las palabras del Compañero Daoísta de Tianlao me hace sentir mejor.” He Luohua movió su manga y el gran hechizo protector se disipó. Con eso, se fue, seguido del Gran Anciano Ouyang.

Algunos de los que estaban entre el grupo de personas flotando en el cielo observaron a He Luohua con ojos brillantes, claramente no deseando permitirle marcharse. Y aún así, la atención de todo el mundo se centró en la posibilidad de buscar por la Secta Confianza.

Dentro del salón del templo principal, el rostro de Chen Fan estaba blanco. Dio un par de pasos más hacia atrás, hasta que se apoyó contra la estatua del Patriarca Confianza.

Es ese mismo momento, se escuchó un sonido explosivo mientras el cielo se llenaba con una multitud de rayos de luz que se aproximaban. Se escuchó una risa fría que sorprendió a todos los Cultivadores hasta el núcleo. Incluso los rostros de los expertos del Estado de Zhao parecieron agitarse.

“No está permitido que nadie se vaya,” rugió la voz. Un escudo masivo apareció de repente por toda la Secta Confianza, cubriendo todo lo que había en incontables kilómetros en cada dirección. Nadie podía irse, aunque quisiera.

El rostro de He Luohua cambió. Miró hacia el cielo y entonces vio un masivo compás de Feng Shui, de unos trescientos metros de diámetro. En cima de él estaba una bella mujer que vestía una lujosa túnica de color verde oscuro. Su pelo estaba recogido con una hebilla para el pelo de fénix. Alrededor de ella había docenas de Cultivadores, muchos de los cuales eran mujeres, y todas extremadamente hermosas. Sus expresiones eran arrogantes y frías, mirándoles por encima del hombro.

“Correcto, nadie tiene permitido irse.” De repente el aire pareció dividirse y un grande hombre con armadura apareció riéndose. Llevaba una enorme espada de oro apoyada en su hombro, le seguían docenas de personas, todos ellos grandes y altos, con sus caras llenas de intención asesina.

“Zhao Shanling de la Secta Escarcha Dorada, Protector Dao,” dijo la bella mujer de mediana edad que estaba en el centro del compás de Feng Shui con una voz fría. “ciertamente tienes una nariz sensible”. Su voz sonó, llenando el aire.

“Si las damas de la Secta Tamiz Negro pueden venir,” replicó Zhao Shanjun con una risa, “entonces por qué no podemos venir los hombres de la Secta Escarcha Dorada?”

Justo entonces, un suspiro se escuchó desde fuera del escudo masivo. Una luz fría cayó desde los cielos, conforme se aproximaba, atravesó el brillante escudo. A través de la sección dañada, apareció una espada voladora de aproximadamente trescientos metros de largo.

La primitiva y azulada espada voladora entró, rodeada de volutas de un Qi frío que causaban que empezaran a caer copos de nieve en el área que rodeaba la Secta Confianza. Plantado en cima de la espada había un hombre de mediana edad.

Llevaba una túnica de estudioso, manteniendo sus manos unidas detrás de su espalda. Era la única persona en cima de la enorme espada, pero emanaba el aura de una persona  que pudiera surcar los cielos sin que nadie pudiera obstaculizarle.

“La Secta Espada Solitaria!” dijo He Luohua, mientras su rostro cambiaba. Conocía la identidad de ese estudioso proveniente de la Secta Espada Solitaria, la secta número uno de todo el Dominio Sur. Tenían un dicho que proclamaba: «Solo es necesario que una espada solitaria salga de la secta para que los Cielos tiemblen».

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